martes, 16 de abril de 2013

Café e infusiones por Pedro Salcedo

Una vez más, mi querido Pedro Salcedo nos aporta su experiencia y su saber. Que me echo de mnos hacer una buena mesa redonda y charlar durante largo rato desde las materias primas a utilizar en nuestros rediles hasta como bien dice, el culmen de nuestro labor que es el café e infusiones (y antiguamente puro). Muchas gracias Pedro!!


CAFÉ E INFUSIONES

         Cuando cumplo la ceremonia cotidiana de enredarme en la cocina de nuestro restaurante, en mi cabeza destilan tal cuantía de cosas que sería arduo publicarlas aquí, ser cocinero no implica solo consumar con más o menos tino un puñado de recetas, una obligatoria organización y cálculo, es preciso plasmarlas en bastantes ciclos del día. Sin embargo hay segmentos de una categoría señalada que no reparo en ellas, y que por eso no renuncian a ocupar el grado de disposición necesario para un boyante ejercicio de un negocio fiel, para el gozo de los huéspedes y asiduos que se hacen un gran número de kilómetros en automóvil hasta ganar nuestra casa. Me refiero al café. Cuándo en cocina estamos sumidos en el “zafarrancho de combate”, es decir: restablecer al lugar donde hemos guisado desde tempranas horas de la mañana, cuando apenas se filtra un tacaño rayo de sol por sus profundos ventanales, a su estado original, hacer que el cuantioso acero inoxidable irradie limpieza y luminosidad hasta deslúmbranos, entonces un ir y venir de platos colmados de postres laboriosos, nos anuncia un inmediato aroma a café recién hecho y bienolientes infusiones de poleo, manzanilla y té con hierbabuena. Es cuando repaso la importancia que posee esta pieza del menú, que ninguna vez me he interesado por la calidad de nuestros cafés e infusiones, pero advierto la maravillosa labor que verifica mi hermano Juan Luis. Ahora adivino cuando en ciertas ocasiones se enoja si el grano de café no tiene la criba convenida, o cuando la bomba de la cafetera no ejercita la presión justa para lograr un buen efecto, también cuando el molinillo no tritura o dosifica las cargas de café como es debido. Además pienso que algún día concertaría añadir un postre a nuestra carta donde el café se erija como protagonista, tendré que curiosearle a mi madre entre sus antiguas recetas, seguro que atesora alguna formula de mi abuela. En Baeza existen casas solariegas de fachadas de piedra, madera y forja, donde se despacha delicada dulcería y fragante café, es el caso de “Martínez” emblemático taller de pastelería tradicional donde Pepe: “el merengues”, irrumpe con sabiduría incontestable un tarea que ama desde el primer día que ingresó en su obrador. Incluso nos podemos topar con exclusivos locales como el Café Teatro Central, chill-out o lounge se mezclan con esencias orientales, repostería popular y las más exóticas infusiones, al mas puro estilo “Buddha Bar” de Paris. Creo sin reservas que todos estos resabios también incorporan de indudable carácter los particulares “sabores del sur”.

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