martes, 8 de noviembre de 2016

Soy un Grinch sin ser navidades (Cuestionemos nuestra atención al cliente)

La verdad que me encuentro algo desorientado, de hecho, a veces pienso que tienen razón mis amigos y compañeros cuando me dicen que me estoy convirtiendo en un viejo cascarrabias, en un "grinch" del día a día. No sé si será una cuestión personal o exigencias profesionales, quizás sea la suma de ambas; pero cierto y verdad es que me EMPUTA (y sí, lo digo en mayúsculas y escribo esta palabra malsonante porque de otra forma no se decirla y haceros llegar la intensidad de este sentimiento), esa situación de mal servicio, de mala atención al cliente, de un mal feedback, de una mala base de datos, y bueno, de un largo etc.
Se supone, y que carajo, ni se supone ni nada, es una realidad, somos un país de servicios, intermediarios de mucho y productores de poco. ¿Y entonces? Como es posible que nos encontremos estos servicios tan dejados, tan poco responsables con el cliente, que es el fin de cualquier servicio. Como es posible que yo quiera adquirir o contratar un servicio, y tenga que llamar varias veces para que me atiendan como es debido, y que yo sea quien tenga que llevar la voz cantante de la venta (que afortunadamente conozco el producto, si no me hubiesen metido un puro la mar de "agradable"), que no sepan asesorarme y que en resumidas cuentas, les importe un CARAJO mi compra. Muy tristemente llego a la conclusión, que supongo como muchos de ustedes, que vivimos en un país donde nos queda mucho que aprender de servicios, y que en gran parte, esto es culpa de nosotros mismos. Se supone que dónde iba a contratar o comprar o adquirir este servicio, es el mejor o uno de los mejores en su sector, pero la verdad, si es así, bien JODIDOS que estamos.
Como consumidores no le podemos dar alas a estos impresentables, a estos “sin principios”, a estos mal hacedores, a estos NO PROFESIONALES. Si seguimos comprando ese producto, seguirá siendo exitoso, y se cumplirá eso tan horrible de "ganar dinero por castigo".
Cada día entiendo más la atención al cliente como el éxito del negocio, un cliente feliz y satisfecho es un CLIENTE afianzado, es un comensal (en mi caso) feliz y contento con ganas de volver, y que tengamos la capacidad de decir: Hola D. Manuel (por decir algún nombre), bienvenido, me alegra volver a verlo. La última vez comió "tal" ¿me permite recomendarle "tal"?
Esto se consigue a través del trabajo y del respeto a las personas que confían en nuestro hacer, si tú no crees en eso, no sirves para el servicio.
Vivimos en un país de servicios (repito), y no podemos permitirnos una atención pésima de tercera, debemos entender que esto es el principio y fin de una venta exitosa y beneficiosa para las dos partes, y que fidelizar es el éxito.
Después de pasar dos años y pico en el extranjero, en Colombia como ya sabéis, y ver la gran cantidad de servicios que se pueden ofrecer y de que buena gana; señores, permítanme decirles que estamos JODIDOS, Y BIEN JODIDOS. Nos queda un mundo que aprender y entender, y mientras no hagamos esa tarea, seguiremos estando atendidos por una gran panda de piratas y de no profesionales de lo suyo.

Por todo esto, SÍ QUIERO SER COMO SOY, Y SÍ QUIERO SER UN GRINCH.

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