domingo, 8 de julio de 2018

Deja de pintarlo como no es


Hola a tod@s,

Hoy escribo porque llevo varios días encontrándome con cosillas curiosas en las redes, especialmente en el face, y que sinceramente, me parecen patéticas.
Por ejemplo, me encuentro una imagen de una cocina y dos cocineros “super chupi guays”, y tiene como leyenda:
“Cocinero
No eres chef por saber cocinar muy bien, o por terminar la carrera de gastronomía. Serás chef cuando comandes y seas líder en una cocina”.
Cágate lorito!!!! Pero lo peor de todo no es eso, es que para más INRI, tiene 2495 likes y ha sido compartido 5117 veces (datos reales que tengo ahora mismo delante)!!!! Fliping in colors por los cuatro “costaos”!!!

Y bueno, algunilla más, pues por ejemplo uno enalteciendo a los cocineros (que también se agradece, pero según como) como seres que se encuentran en otro plano y un largo etc de sandeces y frikadas varias.

Bueno, pues mi opinión y para empezar desde el principio, creo que lo primero es clasificarnos en dos grandes grupos, los vocacionales y los no vocacionales, y en este segundo grupo estamos los que hemos descubierto un mundo que nos ha enganchado por completo (pero no somos vocacionales y por tanto es posible que lleguemos a cambiar de profesión) y al que las circunstancias y la necesidad lo han llevado a dedicarse a esto.

Bien, dicho esto ¿creéis que tod@s l@s cociner@s tienen la misma pasión, resolución, responsabilidad, capacidad de reacción y un largo listado de cualidades y/o defectos? Lógicamente NOOOOOO!

Pues ahora, habiendo diferenciado bien (según mi punto de vista) los distintos grupos ¿qué es lo que nos diferencia del resto de seres terrenales? Bueno, antes de seguir, decir que “en todos lados se cuecen habas”, y por lo tanto, cada gremio tendrá lo suyo. Pero lo que sí es cierto y verdad, es que lejos de ser super héroes y heroínas como algunos se empeñan en aparentar o hacer ver aportando un falso e incorrectísimo glamour a nuestra profesión, somos currantes como pocos (que sí, que hay de todo, por supuesto, y que la cosa cada vez está más jodida para encontrar gente buena, también) y que nos vemos sometidos a una serie de circunstancias que muchas personas serían y son incapaces de soportar.

¿Cuáles son esas circunstancias? Jornadas interminables, tanto diarias como semanales, siendo una jornada semanal corriente de 60 h, y por supuesto, ni un fin de semana libre, lo que conlleva perder el 90% (si tienes suerte y te va bien) de tus amistades de toda la vida y perderte la inmensa mayoría de eventos familiares (que a veces es una excusa cojonuda para escaquearte de compromisos que no te apetecen absolutamente nada) y por supuesto, la crítica de todos ellos porque no quieres saber nada de la familia.

A todo esto hay que sumarle tener una actividad en contra reloj constante, nunca estás en place, siempre hay cosas que hacer y te pilla el toro. Yendo todo el día a este ritmo, está el momento servicio, que pasas de ir corriendo en modo maratón a modo sprint, sales de currar y llegas a la 1-2 de la madrugada a casa ¿y ahora qué? ¿Quién para ahora esa cabecita? Pues eso, que encima no tenemos narices de dormirnos por lo menos pasada 1 hora, y muchas veces hasta 2 (este es uno de los motivos por los que siempre en la profesión ha habido alcohol y otras cosillas para “relajarnos”).

Y diréis ¿por qué llegáis con la cabeza así? Pues como decía, pasamos a modo sprint, donde las comandas comienzan a entrar, no quieres que tus comensales tengan que esperar, tienes que resolver los contratiempos que sucedan (que siempre los hay por muy preparado que estés, no lo dudes) como alergias y gustos, algo que se te ha echado a perder, algún equipo que falla, alguien que se ha dado de baja, y un sinfín de cosas que pueden ocurrir en esas 2 ½ - 3 horas de servicio, y todo eso sacando platos con la mayor calidad y estándar posible para alcanzar la meta final que es la satisfacción del cliente.

Y luego está nuestra parte física, esa en las que las varices por tantísimas horas empiezan a joder, dolores de espalda por la postura tan constante, cortes que te envuelves en papel y luego irás al médico, si es que vas,  (o vas al médico, te cogen 5 puntos y te vuelves al curro automáticamente), quemaduras de todo tipo, callos en los callos, problemas de artrosis a largo plazo por los cambios de altas tª a tª de congelación, y bueno, mil cosas más.

Todo esto con sueldos normalmente insultantes, y no por culpa de los empresarios (que en ocasiones sí), sino de los propios consumidores que no piensan en el trabajo que hay detrás de cada plato que disfrutan en la mesa, buscando siempre (esto es muy de nuestra cultura española) el regateo y la exigencia máxima a precio de limosna. Y que nadie me diga lo de los estudios, porque muchos hemos estudiado lo máximo que se puede estudiar en nuestro país (4 años), y seguimos formándonos de manera constante yendo a congresos, masters, cursos online y presenciales, prácticas en restaurante durante nuestras vacaciones y un larguísimo etc., que además, es un reciclaje constante que el propio consumidor nos exige no como en otras profesiones “más estudiadas y mejor vistas por las cabezas y pensamientos cuadriculados estándar”.

Pues bueno, esto es lo que diría a tod@s esos que se empeñan en ponerle glamour a nuestra profesión y dicen: ¿eres cocinero? Que guaaaaay!!! A mi me encanta cocinar :/

Feliz descanso a tod@s mis compañer@s que mañana lunes descansamos una gran mayoría, SALUD!!!!

Pdt: Si alguien quiere saber que contesté a la imagen que hice mención al principio, que me lo digo que le paso captura de imagen, jejejeje

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