viernes, 22 de junio de 2012

Coquinas, por Pedro Salcedo

Bueno, una vez más, nuestro querido Pedro Salcedo nos vuelve a transmitir sus sentimientos y pasión por la maravillosa gastronomía andaluza, en este artículo especialmente por la onubense.

Pedro, que decirte?? Mil gracias porque me has hecho emocionar cada vez más con cada palabra de este artículo, muchas gracias y un fuerte abrazo!!!


COQUINAS:



Me dirijo con destino a Mazagón, y es preciso dejar la autovía en la salida hacia San Juan del Puerto, precioso nombre, presagio de lo que nos acontece. En el trayecto nos cruzamos con Moguer, donde el candor de sus casas vio nacer a Juan Ramón Jiménez. Cada vez son más frecuentes mis encuentros con Huelva, tercian excusas más que de sobra, pero ahora acudo a saldar una deuda contraída hace ya tiempo con mis entrañables amigos Fernando y Manolo. En mi camino hacia el mar no dejan de protegerme perpetuas hileras de pinos, de tamaño y formas caprichosas, tan solo se rompe tan atractiva monotonía con los infinitos campos, sobrios y adormecidos, holgando hasta ser de nuevo preñados para gestar sus célebres fresas. Un día Huelva me enseño el significado de las “coquinas”, desde entonces he admirado este molusco por encima de los demás, una razón: la forma en que son capturadas. Sinuosos movimientos de talón en la orilla de la playa son más que suficientes para secuestrar el fruto que al litoral tanta brega le cuesta madurar. Acudir a su captura, encarna toda una ceremonia por parte de los “coquineros”, siempre he considerado que son mitad pescadores, mitad agricultores, es como si también le arrebataran el fruto a la tierra. Incluso su textura más que delicada, su paladar intenso e híbrido, me supera ante cualquier otro de parecida especie. Otro día Huelva me enseño sus beneficios gastronómicos, su  sabrosa cocina marinera, me hizo un guiño, y a la sazón custodio un amoroso idilio. “El Páez”, mote cariñoso de Fernando, soporta en el seno de su corazón su Jaén natal, pero está encaprichado con la gastronomía Onubense desde el primer día que vulneró esta provincia, denota cierta ansia por demostrarlo, y elige una de sus recetas predilectas para agasajarnos: Coquinas salpicadas con un poco de aceite de oliva virgen extra de los olivos de Sierra Mágina de Jaén, ajito y perejil muy picadito. Ya en su presumida casita, la egoísta ventura de que gozábamos se trunco cuando el olor a brisa de su mar se canjeó por el tufo a las coquinas que se estaba despachando. Luego traté buena cuenta de ellas, nadie mediaba mensaje, tan solo Manolo, entre coquina y coquina y a medias palabras, nos dictó una especie de conferencia sobre el trato de este sublime bicho. Para su óptima conservación nos sugirió mantenerlas en agua de mar y obligadas en una apretada red con objeto de que no se abran. También defendía su “rebujito” de vino viejo de Moguer, frente al cumplido por Fernando a base de manzanilla fina. Después llegaría la “orgía de marisco” integrada por favorecidas piezas de carabineros, aunque en Huelva gusta denominarlo como “brillante”, langostinos de justo calibre y gambas de todos los tamaños y tonos. De regreso a casa ilustré a mi Madre de la faena que le habíamos hecho al mar y el inusitado tributo a nuestros vientres y paladares. Ya lo decía Papa, comentaba mi Madre con tono satisfecho, hay materia prima que no está reservada ni para el mejor templo gastronómico, ni para la mejor cartera, son las gentes de de su tierra los absolutos dueños.

miércoles, 6 de junio de 2012

Solidaridad, por Quique Cerro

Bueno, casi que mis palabras sobran en esta entrada de Quique en la que, como siempre, nos consigue transmitir su pasión por la cocina y que de alguna manera u otra los cocineros (por supuesto me refiero a los vocacionales) son (no digo somos, me resulta grotesco hacerlo) de una pasta diferente. así que sin más, os dejo que este bonito escrito y como siempre Quique, MUCHÍIIIIIISIMAS GRACIAS AMIGO!!!



SOLIDARIDAD

Como bien sabéis, creo que hay pocas profesiones en las que la vocación  esté tan presente como en la cocina. Creo que junto a toreros y deportistas, nosotros, los cocineros siempre apoyamos cualquier causa a la que se nos convoque. Hace ya unos meses tuve el placer de participar en lo que se llamó “Cena solidaria por Lorca “, un evento que de la mano de mi amigo y compañero FiroVázquez ( propietario y Jefe de Cocina del Rte. El Olivar de Moratalla, en Murcia) y de otros 40 cocineros  de toda España nos pusimos manos a la obra y cada uno de nosotros preparamos 300 raciones de una de nuestras tapas.
            He de decir, que en cuanto Firo me dijo como estaba la situación en Lorca, después de casi un año del fatídico terremoto que asoló la ciudad, no dudé en colaborar en la medida de mis posibilidades. La tapa en cuestión que llevé fue una milhoja de manzana, foie y morcilla, acompañada de un pesto de piñones y pan feo. Luego os pongo la receta y la foto.
            Después de darnos un paseo por la calles de la ciudad y de ver que después de una año, aún hay miles de familias sin hogar, solares donde antes había negocios, muchos de ellos de hostelería, y que en un país como el nuestro, de los llamados del primer mundo y que aun no hayamos resuelto una situación que nos ha tocado de primera mano, perdonadme pero no lo entiendo.
            Por eso, en cuanto se me plantea el poder ayudar para motivos como éste, adelante.
            Este martes pasado, desde Manos Unidas de Albacete se organizó un Té solidario para la construcción de una escuela en Ghana. Beatriz Parreño, una empresaria dedicada al diseño de Té, se encargó de organizar en un Hotel céntrico, una merienda en las que los/as socios de Manos Unidas elaboraron dulces en sus casas, pasteleros de la ciudad ofrecieron productos para su disfrute y Beatriz diseñó un té para la ocasión a base de Té negro, chocolate, fresas y rosas. Una delicia. Yo, junto a algunos compañeros de Eurotoques Albacete, ofrecimos unos aperitivos que hicieron las delicias de los invitados. También os pondré la receta y foto. Darle las gracias a Beatriz por contar con nosotros, a mis compañeros de viaje y aventuras, Teresa, Rafa, Carlos, José Javier y Adrián, es un orgullo como compañero vuestro que se os comunique una iniciativa de este tipo, y sin apenas tiempo de prepararlo, os  animéis  y prestéis la ayuda que se nos solicita. Lo dicho al principio, los cocineros/as somos de una pasta especial. Que no se me olvida, las recetas y las fotos. Ah y gracias Roge, por permitirme mostrar algunas de las cosas en las que participamos. Un abrazo amigo.


Milhoja de manzana, foie y morcilla, con pesto de piñones y pan feo:

Cortamos una manzana reineta en la máquina corta fiambres o en la mandolina, de 1 mm de grosor aprox. Marcamos a la plancha por ambas caras y reservamos. Hacemos un mi-cuit(o lo compramos elaborado) y le quitamos la piel a una morcilla tipo Burgos. El montaje es el siguiente, con la ayuda de un aro de unos 4 cm de diámetro, cortamos discos de manzana a la plancha, disponemos en la base uno de ellos, cubrimos con una capa de morcilla de 1 cm de grosor, otra capa de foie mi-cuit y otra de morcilla, terminamos con otra de manzana a la plancha. Espolvoreamos con azúcar moreno y quemamos con un soplete. Pesto: salteamos unos piñones con un poco de mantequilla y azúcar, agregamos unos dados de manzana y rehogamos. Acompañamos de un colín de pan feo.