miércoles, 14 de noviembre de 2018

Divagaciones de un "viejales"


Como ya bien sabéis todos, o casi todos, he decidido dar un gran paso y un gran cambio en mi vida.

Todo esto me lleva a pensar en la ciclicidad de nuestra profesión, en la satisfacción o insatisfacción en nuestro día a día relacionado con la vida profesional, en las metas y objetivos de cada uno como ente individual y no sometido a decisiones y corrientes colectivas, en la madurez como profesional y por supuesto como ser humano, y sobre todo, en lo importante de la educación recibida y conceptualización profesional ejemplificada desde la infancia.

Mi experiencia, mi criterio y mi madurez actual, me llevan a pensar que una de las mejores cosas que puede llevar a cabo el ser humano es salir de su zona de confort, huir de la rutina y de la desidia que esta, por lo general, genera en el trabajador. Ahora bien, todo esto dependerá de los objetivos y prioridades vitales y profesional del individuo, marcándose así las distintas metas y necesidad o no de salir de la zona de confort. ¿Qué quiero decir con esto? Qué por supuesto no hay nada escrito y no hay nada ni mejor ni peor, cada cual decidirá que es lo mejor para sí mismo, al igual que un huevo frito con patatas puede ser el plato más delicioso para una persona y el plato menos “gourmet” del mundo para otros.

A lo largo del camino, me he encontrado con muchísimas formas de ver y afrontar la vida, unas tan válidas como otras, pero sí muy dispares entre ellas. Por ejemplo, gente que quiere mantener su zona de confort, aunque le genera infelicidad, lo hace por estar cerca de su familia, o por cobardía en la toma de decisiones, otras que mantienen su zona de confort porque no le piden más a la vida, y otros muchos que la mantienen porque sus vidas son muy complejas a nivel familiar, por ejemplo. Y luego están las personas que sí quieren salir de la zona de confort, que necesitan una evolución no solo profesional sino también vital. Estas personas, y aquí voy a la ciclicidad de nuestra profesión (sin hablar de cuestiones salariales), son personas que necesitan nuevos retos, ascensos internos y reconocimientos dentro de la empresa con hechos, y cuando estas personas consideran que ya se ha tocado techo en las posibilidades dentro de la empresa, o se ha entrado en una rutina que no genera la llama de la ilusión, de la creatividad, de la satisfacción, diversión, felicidad, y en resumen, plenitud, dan un paso en sus vidas haciendo que haya cambios, a veces más grandes que otras, pero cambios. Ya sea rodearse de otro entorno de trabajo, ya sea realizar funciones diferentes, o como dice mi gran amigo Quique Cerro, metiéndose en “tos los saraos” que se le ponen delante, pero al final, todo esto es salir de la rutina, de la zona de confort y seguir buscando la PLENITUD profesional y emocional.

Ahora, que ya voy apuntando a viejales, sobre todo para los muchachos que empiezan, y voy siendo capaz de autoanalizarme con una cierta objetividad, y lo mejor de todo, empezando a saber y entender qué es el autoanálisis, me doy cuenta de que una de las cosas que lo definen a uno como profesional y la actitud ante su profesión, es la educación y ejemplo recibido en casa desde la niñez. Por supuesto, luego está en mano de cada uno llevarlo a cabo o no, o afrontar las cosas de una manera u otra, porque a parte de la educación, está la esencia de cada individuo. Pero, además del hogar, creo que como viejales y profesional algo experimentado (aunque me queda un larguísimo camino que recorrer) que soy, también está en nuestras manos ese ejemplo y esa educación a las generaciones venideras, no solo con nuestro saber profesional, sino con nuestra PROFESIONALIDAD y madurez y actitud ante la vida. A veces, sin darnos cuenta, damos opiniones, pensamos en alto, conversamos “solucionando el mundo” o simplemente aportamos nuestras vivencias de distintas formas, haciendo un sellado enorme en la memoria y conceptualización de determinadas cosas en los más jóvenes sin darnos cuenta, es muy importante que nos fijemos que suelos y caminos pisamos, porque hay gente qué sin saberlo, siguen ese sendero que les marcamos. De hecho, ahora mismo, recuerdo como ejemplo de esto a un chico, que vino con nosotros de prácticas, que tuvo que frenarlas por no aprobar parte de la teoría (algo que me parece maravilloso, si no hay teoría aprobada, no puede haber prácticas), y que después de aprobar, ha tenido la oportunidad de trabajar con nosotros los fines de semana. Bueno, pues en este regreso, un día, después de un servicio de cenas, nos fuimos a tomarnos una cerveza el equipo de cocina, y por supuesto él vino. Pues hablábamos los más mayores acerca de nuestras vivencias, sobre todo profesionales, yo recuerdo que me puse un poco en plan sensei, jejeje, y que él nos miraba y escuchaba como si de una cátedra se tratase. A mí, posiblemente, se me olvidará ese momento, pero posiblemente a Pablete, para nosotros “Pablete War Machine”, haya pinceladas de ese momento que lo acompañen de por vida.

Bueno, y qué quiero decir con estas divagaciones y pensamientos en alto? Pues que cada uno tiene que vivir y afrontar su vida como estime oportuno sin hacerle daño a los demás, que cada uno asuma las consecuencias de sus actos, y que tenemos que ser conscientes de que la recogida de hoy es el resultado de la siembra del ayer, y que no hay nada ni mejor ni peor, sino lo adecuado para cada uno. Sed felices y sonreíd, no hay mejor medicina.

martes, 17 de julio de 2018

¿Qué estamos haciendo mal?


Llevo tiempo planteándome o cuestionándome que estamos haciendo mal ¿y a qué hago referencia? Pues hago referencia a la formación de las generaciones venideras en nuestro gremio. No puedo hablar de sala apenas, pues además de no ser un experto, la falta de personal de prácticas me dice que está (de momento) en un grave problema respecto gente formada y pasional. Ahora, todos quieren ser chefs.

Me preocupa enormemente los valores que se inculcan (además de que son la generación Nini y/o Milennians y eso lo dificulta todo), las verdades que no se cuentan, las mentiras que mantienen esos castillos de naipes, y por supuesto, todo lo básico que se debería enseñar antes de llegar a determinados puntos.

Por ejemplo, y seguro que muchos me entenderéis, ¿es razonable que a estas alturas de la película yo (y al decir yo me refiero a todo el equipo) tenga que enseñarle a barrer a una persona???????? ¿es razonable que alguien que viene de estudiar y está haciendo unas prácticas le tenga que enseñar que es un FIFO o una rotación de stock?????? ¿es razonable que tengamos que poner la primera semana de prácticas (si no es más) en el office porque si no, no le pegan ni un empujoncito a la bandejas del fregado???? Y bueno, empatía con la o las personas del office, mejor ni hablar.

A todo esto, hay que sumarle esa constante actitud de: es queeeee, yo penseeeeeeé, yo creíaaaaa, y una larga lista de excusas que anulan un OÍDO y listo.

Del ritmo y la iniciativa, casi mejor no hablar, parece que les pesan los pies y manos, no entienden eso de  “Vuela que estamos en la mierda”!!!! o “venga que nos pilla el toro”!!! No asimilan que no están en la escuela y ya no es un juego, esto es real y no me puedes hacer perder el tiempo ni puedo permitir que mi calidad se vea afectada por tu falta de actitud, de hecho, ya no dejamos que entren en servicio hasta que se lo ganen, solo producción. De hecho, y pudiera parecer evidente (aunque no lo es tanto), que las personas de prácticas que vienen porque quieren aprender sin depender de ninguna escuela o institución, son muchísimo más efectivos y receptores al aprendizaje y exigencias del lugar, haciendo, que poco a poco, el filtro o embudo de admisión se estreche cada vez más.

La otra cuestión son los temarios, temarios en muchas ocasiones anticuados (que no digo que haya cosas que no se tengan que aprender, pero hay otras muchas que de verdad son arcaicas y son una verdadera pérdida de tiempo, como por ejemplo, montar una mayonesa con varilla) y otros que se saltan lo básico (por exigencias de alumnos, padres pagadores, etc) para ir directamente a las “espumas y esferificaciones”. ¿Quién hace o formula esos temarios? ¿Quién regula y corrige esos temarios en las delegaciones públicas? Y los más importante, ¿con qué criterio se selecciona al profesorado y equipo de formación? Y la verdad, con esta última pregunta tengo parar despacharme a gusto, y aquí, siento si molesto a alguien, pero así es como están las cosas, y no digo que todos los profesores sean como voy a decir ahora, pero que hay muchos, sí. Resulta que en la privada,  sin muchos requerimientos y por ser amigo de, o por salir en un programa de, o porque en algún momento hizo algo en cocina profesional, tenemos una cantidad de supuestos formadores terribles, que no han ejercido ni 10 añitos y ya se permiten forman, enseñando año tras año el mismo temario con algunilla actualización que otra de alguna técnica. Y ya de la pública, mejor ni hablar, porque eso de que alguien que haya estudiado educación física (por ejemplo) y que tenga más puntos que yo por el simple y mero hecho de que ha estudiado una carrera, es para cagarse; que no ha pisado una cocina en su vida, eso da iguaaaaaal, tampoco es tan importante!

Y luego esté esa otra parte, que es cojonuda por parte de las instituciones. Las de los seguros y sus horarios. Resulta que nuestro trabajo se centra en horarios de almuerzo y cenas, y por supuesto los fines de semana. Se supone que las prácticas son para que APRENDAN A TRABAJAR, NO A COCINAAAAAAR!!! Pues no, te llegan de la escuela (hay que decir que esto sobre todo es cuando vienen de las públicas) y te dicen: El horario de prácticas es de lunes a viernes en horario lectivo, es decir, de 8:30 a 14:30, porque fuera de ese horario el seguro no les cubre. PERDONAAAAAAAAA??? ¿Cómo carajo quieren que les enseñemos a trabajar si no están cuando y cuanto hay que estar para aprender? Y aquí vuelvo a lo de las mentiras, porque ese horario es una falsa y una gran irrealidad, habrá quien consiga ese horario, pero en esta profesión, serán los menos.

En fin, creo que estamos haciendo muchas cosas verdaderamente mal, y lejos de conseguir y llegar a donde se quiere, seguirá siendo la formación mejor a base de echarle narices y teniendo suerte de encontrarse buena gente en el camino dispuesta a aportar su granito de arena.

Feliz semana a tod@s y mucha paciencia!!!!

domingo, 8 de julio de 2018

Deja de pintarlo como no es


Hola a tod@s,

Hoy escribo porque llevo varios días encontrándome con cosillas curiosas en las redes, especialmente en el face, y que sinceramente, me parecen patéticas.
Por ejemplo, me encuentro una imagen de una cocina y dos cocineros “super chupi guays”, y tiene como leyenda:
“Cocinero
No eres chef por saber cocinar muy bien, o por terminar la carrera de gastronomía. Serás chef cuando comandes y seas líder en una cocina”.
Cágate lorito!!!! Pero lo peor de todo no es eso, es que para más INRI, tiene 2495 likes y ha sido compartido 5117 veces (datos reales que tengo ahora mismo delante)!!!! Fliping in colors por los cuatro “costaos”!!!

Y bueno, algunilla más, pues por ejemplo uno enalteciendo a los cocineros (que también se agradece, pero según como) como seres que se encuentran en otro plano y un largo etc de sandeces y frikadas varias.

Bueno, pues mi opinión y para empezar desde el principio, creo que lo primero es clasificarnos en dos grandes grupos, los vocacionales y los no vocacionales, y en este segundo grupo estamos los que hemos descubierto un mundo que nos ha enganchado por completo (pero no somos vocacionales y por tanto es posible que lleguemos a cambiar de profesión) y al que las circunstancias y la necesidad lo han llevado a dedicarse a esto.

Bien, dicho esto ¿creéis que tod@s l@s cociner@s tienen la misma pasión, resolución, responsabilidad, capacidad de reacción y un largo listado de cualidades y/o defectos? Lógicamente NOOOOOO!

Pues ahora, habiendo diferenciado bien (según mi punto de vista) los distintos grupos ¿qué es lo que nos diferencia del resto de seres terrenales? Bueno, antes de seguir, decir que “en todos lados se cuecen habas”, y por lo tanto, cada gremio tendrá lo suyo. Pero lo que sí es cierto y verdad, es que lejos de ser super héroes y heroínas como algunos se empeñan en aparentar o hacer ver aportando un falso e incorrectísimo glamour a nuestra profesión, somos currantes como pocos (que sí, que hay de todo, por supuesto, y que la cosa cada vez está más jodida para encontrar gente buena, también) y que nos vemos sometidos a una serie de circunstancias que muchas personas serían y son incapaces de soportar.

¿Cuáles son esas circunstancias? Jornadas interminables, tanto diarias como semanales, siendo una jornada semanal corriente de 60 h, y por supuesto, ni un fin de semana libre, lo que conlleva perder el 90% (si tienes suerte y te va bien) de tus amistades de toda la vida y perderte la inmensa mayoría de eventos familiares (que a veces es una excusa cojonuda para escaquearte de compromisos que no te apetecen absolutamente nada) y por supuesto, la crítica de todos ellos porque no quieres saber nada de la familia.

A todo esto hay que sumarle tener una actividad en contra reloj constante, nunca estás en place, siempre hay cosas que hacer y te pilla el toro. Yendo todo el día a este ritmo, está el momento servicio, que pasas de ir corriendo en modo maratón a modo sprint, sales de currar y llegas a la 1-2 de la madrugada a casa ¿y ahora qué? ¿Quién para ahora esa cabecita? Pues eso, que encima no tenemos narices de dormirnos por lo menos pasada 1 hora, y muchas veces hasta 2 (este es uno de los motivos por los que siempre en la profesión ha habido alcohol y otras cosillas para “relajarnos”).

Y diréis ¿por qué llegáis con la cabeza así? Pues como decía, pasamos a modo sprint, donde las comandas comienzan a entrar, no quieres que tus comensales tengan que esperar, tienes que resolver los contratiempos que sucedan (que siempre los hay por muy preparado que estés, no lo dudes) como alergias y gustos, algo que se te ha echado a perder, algún equipo que falla, alguien que se ha dado de baja, y un sinfín de cosas que pueden ocurrir en esas 2 ½ - 3 horas de servicio, y todo eso sacando platos con la mayor calidad y estándar posible para alcanzar la meta final que es la satisfacción del cliente.

Y luego está nuestra parte física, esa en las que las varices por tantísimas horas empiezan a joder, dolores de espalda por la postura tan constante, cortes que te envuelves en papel y luego irás al médico, si es que vas,  (o vas al médico, te cogen 5 puntos y te vuelves al curro automáticamente), quemaduras de todo tipo, callos en los callos, problemas de artrosis a largo plazo por los cambios de altas tª a tª de congelación, y bueno, mil cosas más.

Todo esto con sueldos normalmente insultantes, y no por culpa de los empresarios (que en ocasiones sí), sino de los propios consumidores que no piensan en el trabajo que hay detrás de cada plato que disfrutan en la mesa, buscando siempre (esto es muy de nuestra cultura española) el regateo y la exigencia máxima a precio de limosna. Y que nadie me diga lo de los estudios, porque muchos hemos estudiado lo máximo que se puede estudiar en nuestro país (4 años), y seguimos formándonos de manera constante yendo a congresos, masters, cursos online y presenciales, prácticas en restaurante durante nuestras vacaciones y un larguísimo etc., que además, es un reciclaje constante que el propio consumidor nos exige no como en otras profesiones “más estudiadas y mejor vistas por las cabezas y pensamientos cuadriculados estándar”.

Pues bueno, esto es lo que diría a tod@s esos que se empeñan en ponerle glamour a nuestra profesión y dicen: ¿eres cocinero? Que guaaaaay!!! A mi me encanta cocinar :/

Feliz descanso a tod@s mis compañer@s que mañana lunes descansamos una gran mayoría, SALUD!!!!

Pdt: Si alguien quiere saber que contesté a la imagen que hice mención al principio, que me lo digo que le paso captura de imagen, jejejeje

domingo, 11 de marzo de 2018

Profesionales de segunda


Es curioso (e indignante) ver como los seres de determinadas profesiones y estratos sociales se consideran profesionales de primera y nos ven a los cocineros como profesionales o trabajadores de segunda. Y lo de los profesionales, lo puedo llegar a entender, pero lo de los estratos … puffff!!!
Tengo claro que lo de los estratos es una cuestión educacional, es algo que se ha mamado desde chiquitito, y que como “yo soy el que paga, haz lo que yo te diga”. Además, a esto hay que añadir la filosofía de que “el cliente siempre lleva la razón”. Pues permítanme despecharme a gusto.
Como dice mi mujer, ni el dinero, ni el sombrero ni las gafas están hechos para todo el mundo. La clase no se demuestra con un fajo de billetes ni con títulos nobiliarios; el ser hijo de, o ser fulano de, o Dr en, no le da a una persona ni la clase ni el derecho a nada. La buena educación no la da el dinero ni la dan los estudios, la da LA CALIDAD HUMANA. Por desgracia, esto es de sentido común, y digo por desgracia, porque como bien dice mi padre, “el sentido común es el menos común de los sentidos”. La calidad humana viene dada, lógicamente, por el simple hecho de los principios naturales del individuo como tal, y de los principios adquiridos y transmitidos a lo largo de su vida como ser humano dentro de la sociedad. Tristemente, la soberbia y el maltrato a los servicios viene adquirida y transmitida, por lo que ya desde un principio, la premisa es la actitud de falsa y errónea superioridad por el simple hecho de ofrecer y dar un servicio como si fuéramos (donde por supuesto me incluyo como sufridor de esta circunstancia) sus “esclavos y/o mayordomos y doncellas”.
Respecto los “profesionales de primera”, JODER!!!! A muchos me gustaría ver soportando nuestras jornadas de 70 y 80 horas semanales, de pie, tensión constante y trabajo contra reloj día tras día, con temperaturas jodidas, cortes y quemaduras, heridas que nunca se cierran, y por supuesto, sueldos pésimos (en la mayoría de los casos) (esto viene dado precisamente a no darle el valor que tiene) y ni una puta hora extra cobrada.
Y muchos me contestarán … ¿pues haber estudiado? Pues permítame decirle Sr o Sra (por no decirle saco de ... bueno, como bien me dice mi madre, no seré mal educado, saco de "ideas y comunicación infantil bruta"), he estudiado un grado medio de cocina y un grado superior de restauración (un total de 4 años. La única enseñanza que a nivel nacional e institucional que podemos hacer; todo lo que no sea eso, es privado y son títulos no homologados), tengo hecho 12 cursos de formación extra y 2 máster (1 en toxicología alimenticia y otro en gestión y administración de pymes dedicadas a la restauración), y además de eso, y no demostrable, estudio a diario nuevas técnicas y tendencias, y voy todos los años a uno o dos congresos para actualizarme. USTED, TRABAJADOR DE PRIMERA, realiza todo eso para seguir siendo de primera? NO en muchos casos, entre otras, porque soy trabajador de primera simple y llanamente por lo que he estudiado, y da igual actualizarme y renovar, SOY SUPERIOR A TI. Pues por mi parte, eres un ser detestable, que aplica la ley del mínimo esfuerzo, y por lo tanto, eres y serás un parásito, social y profesional.
Soy un profesional de PRIMERA, PROFESIONALES DE PRIMERA!!!! Y no voy a dejar que ningún gandul acomodado venga a decirme que es más que yo porque socialmente y tradicionalmente lo que ha estudiado, hecho y ejercido es más meritorio que lo nuestro. TE VAS HA COMER UNA ... (aquí otra vez mi madre (en esta ocasión lo decoro)) MOJONCITO DEL WHATSAPP POR MI PARTE!!!
Y, con esto termino, AMO MI PROFESIÓN, MI FORMA DE VIDA, MI TRABAJO, Y TODO LO QUE HAGO Y ESTUDIO #ilovemyjob #memolatelaloquehago #cooklife

domingo, 25 de febrero de 2018

¿Chef o jefe de cocina o cocinero o ayudante?


Es curioso (y triste) ver, como las circunstancias sociales pueden hacer que un concepto (tan importante) PROFESIONAL se vea adulterado y prostituido por modas y tendencias.
¿Y a qué me refiero? Al momento “Chef”!!!! Ahora resulta, que “to quisqui” es chef. Que salimos de una escuela sea la que sea, SOY CHEF; que hago dirección de cocina (lo que anteriormente era el módulo de grado superior de restauración, o anteriormente era el FP2 de la rama), pues SOY CHEF; que llevo un año trabajando en cocina, pues SOY CHEF; que soy el segundo jefe de cocina en una cocina de tres, pues SOY CHEF, y así un largo listado que creo que sería incapaz de terminar si cada uno de los compañeros del gremio que seguro que están de acuerdo conmigo, me aportaran un par de casos de esos SUPER-CHEFs!!!!
Para seguir, vamos a ponernos un poquito pedantes, busquemos el origen de la palabra. ¿Qué quiere decir chef? ¿De dónde viene?
“El término Chef se relaciona casi exclusivamente con el mundo de la gastronomía y hace referencia a aquella persona que se desenvuelve en él de manera profesional y no amateur. La palabra Chef (de origen francés) significa literalmente 'jefe', por lo cual en algunos idiomas es además utilizado para hacer referencia a cualquier tipo de jerarquía laboral. Sin embargo, es hoy en día el área de la cocina y de la gastronomía aquella con la cual se utiliza el término más frecuentemente”.
Vale, pues a partir de aquí, podemos excluir aproximadamente al 65-70% de los personajes que se hacen llamar CHEF.
Pero … entonces, ¿qué diferencia a un jefe de cocina de un chef? O la verdadera cuestión, ¿hay alguna diferencia entre ambos?
A parte de modas, que como decía al principio, chef es un término prostituido que se utiliza para cualquier pollada, sin tener en consideración el trabajo y experiencia que hay en eso términos, como por ejemplo que cualquier personajillo salido de MasterChef y/o cualquier show de semejante índole (esto es un arma de doble filo, y aquí tengo que decir y reconocer que aunque me parece frívolo y comercial, también ha hecho que mucha gente medio entienda a que nos dedicamos) se haga llamar chef; la realidad es que SÍ hay diferencia. Un jefe de cocina se dedica a la gestión de la cocina, a llevar a cabo lo que su superior le dice y manda. En algunos sitios (como en mi caso) hay un chef y un jefe de cocina (por supuesto, ese soy yo y no chef), y en otros sitios, el segundo jefe de cocina podríamos decir que es el que cumple con esas funciones. Es decir, el chef, es la persona que crea, gestiona y marca el rumbo o dirección a seguir.
Chef! Es esa persona, que además de saber muchísimo de cocina, ha viajado y se ha cultivado en experiencia vital, es esa persona que se ha preocupado y se preocupa día a día en hacer y estudiar cosas nuevas, es esa persona que además de cocinar gestiona recursos humanos, ese esa persona que además de coger un cuchillo, coge una pluma y realiza la gestión administrativa, es esa persona que hace que ese departamento e incluso negocio a veces, sea rentable. Ese es el CHEF!!!!
¿Y ahora tú? Qué acabas de salir de una escuela, que llevas 3 días en esta profesión, que no has sufrido ni la vigésima parte de horas y servicios y días interminables que conllevan este título (que por cierto, a nivel formación es inexistente, porque digan lo que digan, esto al final es experiencia y actitud), que te asustas a la hora de tomar las riendas, que no eres resolutivo, que no has comido “MIERDA” (expresión típica de la profesión cuando el servicio es muyyyyy duro y el nivel de tensión, os aseguro, que es abrumador y destroza al más fuerte), y que te quedan miles de experiencias por vivir y millones de situaciones que resolver y salvar, ¿sigues siendo tan poco humilde para llamarte CHEF?????? Si lo haces, aparta de mi camino, eres una persona que no encaja en mi equipo (sea yo el que lo dirija o no) y te aseguro que para nada mi compañer@. La soberbia es la guillotina de cualquier cocinero.

CHEF????? Jejejejeje!! Me queda mucho que aprender para serlo, solo llevo 20 años en esto.

martes, 13 de febrero de 2018

NO SEAS TÓXICO!!!!!!!


A veces, en la vida, desde mi humilde opinión, nos toca hacer un punto autocrítico, vernos desde fuera como si el alma fuera un ente independiente a nuestro propio ser.
¿Crees qué eres el mejor? ¿Crees qué todo lo haces bien? ¿Crees qué todo lo sabes?
“Pichita”, baja de la nube y pisa la superficie terrenal, donde estamos el resto de seres humanos que día a día, con mucho esfuerzo y trabajo, luchamos porque allá donde estamos vaya a las mil maravillas y que el equilibrio sea constante y beneficioso para todos.
Todos tenemos nuestros más y nuestros menos, todos tenemos nuestras formas de ver nuestras cosas, pero …… no todos sirven o servimos para tener una actitud conciliadora, no todos estamos en el mismo momento, ya sea por madurez, por carácter o por lo que toque, PERO TI@@@@@@!!!! PON DE TU PARTE!!!
La experiencia, el tiempo, LAS HOSTIAS y muchas cosas más, me han enseñado que no soy el mejor, que siempre habrá alguien mejor que yo en todo lo que hago; pero si hay algo en lo que nadie me ganará, es en el respeto a las personas que con muchísimo esfuerzo dan todo lo que pueden día a día con su mejor actitud, que miran el bien del equipo y común, de la empresa (en este caso no hablo de empresa como tal, sino como conjunto de recursos humanos de muy variopintas funciones), y sobretodo, QUE SON FELICES CON LO QUE HACEN!!!! No eres feliz??? Déjame hacer mi camino, déjame impregnar mi filosofía y mi buena actitud, déjame inculcar mis formas y praxis,pero de verdad de corazón, no nos JODAS más y deja que sigamos nuestros caminos. Ya que eres tan maravilloso y magnánimo, haz tu camino, que seguro que lo seres terrenales que seguimos labrando nuestro camino día a día, "te sobramos".
Por cierto, gracias!!! Gracias por enseñarme a NO ser lo que no tengo ni quiero ser, muchas gracias por enseñarme lo que puede llegar a ser una persona no deseada, soberbia y contagiosa (por supuesto de malas ….. bueno, de muchas cosas), y sobretodo, mil y millones de gracias por enseñarme de quién no me puedo fiar y de quién me tengo que desprender cuando quiera crear un equipo de confianza.
NO TE NECESITO, NO ERES IMPRESCINDIBLE, ERES CANCERIGENO, SOBERBIO Y DICTADOR. Por desgracia, tu soberbia y tu ceguera no te dejarán ver y entender lo que te digo, porque harás una “mierda” de interpretación de todo lo que he escrito, y lo achacarás a la persona que tienes al lado. Volvemos al principio (puta pescadilla que se muerde la cola), tienes (tenemos) que hacer un ejercicio de autocrítica. Aprende a ser persona, aprende a vivir, aprende a ser feliz, aprende a ……. (me gustan mucho los puntos suspensivos, generan momentos de pensar), muchas cosas hermosas que la vida nos da.
Yo, lo que tengo claro que quiero aprender, es SER CADA DÍA MÁS FELIZ!!!!

domingo, 21 de enero de 2018

La educación ni se compra ni se vende

Hoy, en un pequeño alto en el camino, observando determinadas cosas que suceden a lo largo de un servicio, recordando algún que otro acontecimiento extraño en los últimos días y recordando algo que le ha sucedido a un amigo y compañero de profesión (no me gusta dar nombres) hace unos días con un asunto de alergias, me hace pensar en nuestra (la sociedad) actitud respecto a algunas profesiones y como maltratamos a los demás por determinadas frustraciones personales.
Me parece de una malísima educación y por supuesto falta de respeto, que a un camarero se le trate como a un “simple” camarero que solo tiene que servirte y sin piar. Me parece horrible que un cocinero tenga que tener siempre en su stock todo a lo que su excelencia le plazca y además cuando lo quiera y desee, porque esa es la otra, me da igual que tú estés aquí  12 horas, si yo quiero comer a las 15:00 y/o cenar a las 23:00, lo hago, que para eso pago y tú estás para servirme; y además, para rizar el rizo, te intento regatear y tengo la osadía de decirte que eres muy caro, porque tus horas, tu formación (ah! Que como no soy universitario me merezco menos porque no he estudiado (puta ignorancia)) y labor NO VALEN TANTO. Además, porque en muchas ocasiones, el primer culpable de no poder ofrecer el servicio solicitado es el propio cliente, que no hace reserva previa y además no indica determinadas preferencias y/o necesidades. A todo eso, hay que añadir que no todos los establecimientos hacemos de todo, por ejemplo, ¿usted iría a comprar un solomillo de cerdo a la frutería de debajo de su casa? No lo creo.
Obviamente, hablo de mi oficio porque es el que conozco, aunque es de todos sabido que sucede en gran parte (por no decir todos) de los oficios que nos dedicamos al sector servicios.

Pues a toda esa panda, por no decir otra cosa que me dejaría mucho más a gusto, les diría que el dinero no todo lo paga, que los valores y el respeto no se compran, que los títulos no dan el Don ni el Doña, y que por muchos bienes y cuentas abultadas que se tengan, si se es un mal educado y gentuza, eso no lo cambia el Sr. Don dinero.