martes, 30 de noviembre de 2021

Que no se nos olvide lo que hacemos

 Hayyyy profesión querida, puta profesión, profesión de mis amores. Que bonito es alimentar y hacer disfrutar a nuestros comensales, a nuestros clientes, a las personas, conocidas o no.

Pero ... Que bonito es alimentar el espíritu con nuestra actitud, con nuestro deseo de hacer la cosas bien, con nuestro deseo de superación, nuestro deseo de aportar y trasmitir, con nuestras ganas de comernos el mundo de manera honesta y sincera, a base de lucha y tesón.

Pues sí, todo esto viene porque pensando, meditando y divagando por el excéntrico mundo de la ideas, y pensando en mi mundo (que no es el de la ideas pero ... Podría decir y pensar que se asemeja), me encanta alimentar el espíritu de la gente que me rodea. Ya sean de cocina o de sala, el caso es trasmitir el amor por lo que se hace, el levantar la cabeza y parar 1' para pensar que bonito es lo que hacemos, que real y verdadero, llegar a tocar los sentimiento de quién recibe tu labor. Cuando llegamos a tocar el alma de esas personas que vienen a probarnos tanto gastronómicamente como cualitativamente, cuando conseguimos que se les erice la piel, que cierren los ojos, sonrían y se recuesten sobre el respaldo de la silla con cara de placer y/o, se les salte una lágrima por el motivo que sea al disfrutar de la "feria" planteada por nosotros en su paladar, joder!!! Que alegría, que experiencia, que locura.

La profesión es dura, dañina. Pero la verdad, cuando disfrutas, te excitas montando un plato, le cuentas a tu pareja, tu familia y/o amigos lo que haces y el corazón se te acelera y la mente se reactiva para dar el siguiente paso, LO SIENTO, estás jodid@. Ya, no tienes escapatoria.

Sigue alimentando el corazón de otras personas


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