Este juego de palabras nace cuando, uno busca dentro de sí mismo alguna forma diferente de sorprender a sus comensales.
Pruebas, ensayos, errores,….muchos errores, alguna que otra idea acertada, y puede que algún boceto válido para guardarlo en un archivador para después de olvidarte de él volverlo a sacar y revivir la ilusión de la búsqueda de la sonrisa del cliente.
Mientras todo esto pasa, cada uno tenemos una serie de influencias en nuestro alrededor. Nuestra (poca) vida social, (menos) familiar, las noticias que internet nos lanza, los movimientos de amigos y famosos, así como famosetes y no tan amigos, nos exhiben en twitter y facebook, el clima, la economía, en fin un sinfín de condiciones que nos hacen ser de una manera u otra dependiendo de nuestra forma de aceptarlas, masticarlas, y porque no digerirla si fuera necesario. Yo como observador que me considero, miro a mi alrededor, y percibo que se confunden a veces termino para mi tan sencillos, como la palabra CALIDAD, o CARO o DISFRUTAR.
Términos que si fuéramos al diccionario, a leerlos quizás a muchos le sacaran de dudas, pero claro en esta sociedad de movimiento rápido, de chats, de stores, chek points, y jet lag, querer salir de la duda a veces no cuadra con los planes del ser humano. Es mejor seguir el rebaño, que buscar un lugar donde el “pasto” sea “diferente”. Pues un poco a eso es lo que voy, ¿imagináis la revolución que tuvo que ser en su momento una sencilla tortilla de patatas?, ¿o una ensaladilla? . –loco!! ¿A la patata le vas a echar mahonesa? Esas mezclas nunca funcionaran. – la gente está acostumbrada a lo de siempre. No pierdas el tiempo en mezclar cosas como el huevo y la patata, eso es raro.
La cocina tradicional es tradicional por sí misma como su nombre indica (DRAE :Doctrina, costumbre, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos) porque es una cocina que ha cumplido con las cualidades necesarias para ser “transmitible” de generación en generación. Son principalmente útiles, sencillas, sabrosas a la mayoría de paladares, de uso de productos básicos de la zona o famosos por sus precios o formas de captura o parafernalia a la hora de su preparación y servicio.
¿Pero quién dice si se convierte una cocina en tradicional o no? Nadie, tan solo el tiempo. Por eso no debemos desechar nuevas ideas innovadoras y sobretodo locas, y mucho menos sin haberlas probado anteriormente. Quién sabe si alguien en alguna tasca en un puerto lleno de olor a salitre encuentra la nueva “Tortilla Tradicional”.
NO DIGAS NO ME GUSTA SIN HABERLO PROBARDO ANTES
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